¡Ah!

¡Ah!, el dolor, la prisión de estar encadenado
a mi mismo, a mi piel, a mis tatuajes,
con ánimo de ser viento y escapar a donde estés.

Grito, es silencio y mar de vacío,
porque no escuchas la desnudes de mi lengua,
el coraje de las palabras, la rabia.

¡Ah!, la furia, musa de actos, de acciones,
de perseguirte y nunca alcanzarte,
¡ay!, la agonía de la noche.

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