Sobre el Amor y la Permanencia del Mismo.

Ya no puedo estar en tu ser; y quiero;
ya no formo parte del porvenir, soy sólo duelo.

Mientras por disputar por tu cabello
en oro teñido que al sol relumbra en vano,
mientras con menosprecio es mi trato,
mira tu blanca frente al futuro bello;
mientras con cada labio que besas olvidas el mío,
siguen mis ojos esperando por aquel beso deseado.

Y mientras triunfas con desdén lozano:
alguien gozará de tu cuello, tu cabello, tus labios bellos
y tu blanca y siempre anhelada frente.

Ahora ya pasada nuestra fe, dónde eras mi amada,
del ayer, de lo que fuimos, todo es un finado futuro;
y con el tiempo corriendo hacia enfrente,
este corazón doliente se vuelve mas parecido a lo que trae la muerte:
en tierra, en polvo de sombras, en cenizas de nada.

Estaría Mejor Muerto

Estaría mejor muerto
si dejara de intentar,
si dejara de luchar,
si dejara que éstas lágrimas
inundara mi alma con tristeza;
si ésta fiebre se hiciera fuego
y me quemara la alegría.

Si no pudiera recuperar la bondad,
y la esperanza del amor verdadero.

Si no pudiera con la soledad
o si me quedara atrapado
en la culpa de mi pasado.

Si pierdo la fe,
si me olvido del futuro,
si dejo que la pena
de mi alma crezca
y devore mis ojos.

Si se perdiera la promesa del amanecer
en una profunda obscuridad.

Si la maldad contaminara
cada parte de mi vida,
o si no supiera
cómo es el perdón.

Si dejara que el
veneno pulule
en mi sangre,
si dejara que
me destruyeras más.

Si desaparecen mis
ganas de volar, o
si no tuviera miedos
que pudiese superar.

Si ya no hubiera a quien
dar el amor que tengo para regalar.

Si no pudiera cantar,
hacer música o
volver a poder
un poema dedicar.