El eco y el alma

Yo sé que mi eco está tranquilo,
un lago cuya luna es único reflejo,
de toda preocupación me alejo
las hebras de tragedia deshielo.

No importa cuantos formen el hilo,
mi cuerpo, mi alma, tranquila dejo,
como un sauce muy viejo,
silencioso momento asimilo.

Y por mas incendios, jamas tendrá llama
puesto que mi alma es calma
jamás compañera de aquella trama.

Libre de cargas acrecidas,
de cualquier mordida  de veneno
y sus llamas doloridas.

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