Saudades

Antes que nosotros estaba el río,
pasaba cuando había agua
y las hojas no hablaban
y las agujas no veían.

Pasamos agarrando los guijarros.
Le quitábamos ruido al río,
existían aún hojas en silencio,
aún se rumoreaba del paso del viento.

Intentemos, pues, abandonarnos,
darle al río el esfuerzo de olvidar,
y no querer más la vida,
dejar el ruido para las ramas, pues.

Inútilmente jugamos a ser adultos.
Sólo nosotros somos nada a través del mudo bosque,
ya no saludamos a las hojas,
sin querernos, la vida realmente no sirve.

Aquí, pues, en la orilla, del río,
dejé mis huellas y mis saudades,
¿qué será de ti en tu muerte?
Por encima de todo está lo irremediable.

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