Los primeros 6 minutos
en lo que me encontré ante tu sonrisa,
esos 6 minutos me bastaron
para caer enamorado, rendido,
conquistado, con ganas de besarte.
Estuve contemplándote, minuto a minuto,
segundo a segundo, sonrisa a sonrisa,
y me tardé 6 minutos en saber
que quería ser tuyo y de nadie más.
No me importaba nada más,
como niño en navidad,
tus sonrisa es el mejor regalo
que yo podría recibir.
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