Siempre bien y luego mal

Vivir sin recordar, vivir tratando de olvidar,
es como jamás poder compartir la verdad.

Irse muy lejos tratando de olvidar a un amor
son olas de mar que no dejan de azotar tus costas
y tu calma no encuentra mas que conchas rotas.

Eres más débil por irte y por no afrontar el golpe de frente.
Hay mucho tráfico en esta ciudad y te parece estancar tu corazón
en una calle que ni viene ni se va.

Siempre bien y luego mal.

Allí viene el sol, sobre el mar,
olvidarte del mal y de dolor
no cura tus heridas, esas solo se curan enfrentando las olas
y cicatrizando las penas con esa agua de verde glauco.

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