si cayeras en cuenta de la sangre derramada
podrías ver hasta con con los ojos cerrados.
Traigo unas cicatrices para darlas a la soledad,
no respiro mucho de lo que se dice
pero encontraré en cada rosa, lo que has callado.
¡Qué raro que seas tú quién me acompañe!...
Soledad, tu sabes hablar y ser escuchada,
sabes que es lo que viene y cuando acabará la guerra.
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