y descubrirte en la ventana,
afuera que llueva, las luces seran las velas.
Oir el viento jugando contra el cristal
y tu que jamás me faltes.
No pensar en las mañanas o en las tardes,
solo pensar en el olor de tu piel,
y recordarlo para luego olvidarlo.
Estamos solos, ¿no lo ves?
Y esto parece el principio,
dame tu mano y bésame conmigo.
Ahora, viéndote tan tranquila allí sentada,
me gustaría que tuvieras prisa por mirarme,
por venir, casi aventándote, a donde estoy.
Que tu boca me mienta el beso,
para luego procurarlo verdad,
que tus manos amaguen mi piel
para confirmarme el beso.
Si la ventana se abre, que agite tu cabello
y me mande más de tu perfume,
que el que soñe dormido va menguando.
Mengua entre más te contemplo,
como si tan solo un sentido te pudiese contener.
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