Calla, que esto termina pronto;
si quieres más, calla, calla;
es mejor desvanecer
que sentir placer.
Mientras mi voluntad se rompe
con mi huesos y mi sangre,
y mi mente se vuelve una prisión,
espero que ya no tarde en terminar.
La llaga se revienta y la pus fluye,
y el sabor de dolor de mi boca
es silencio y desperdicio.
Y me abandonaste un invierno,
arrancando mi lengua,
negando que lamiera mis heridas.
Es mi sangre la que calla.
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