La revelación, un tipo de "no sé qué"
que me otorgas,
no es más que un golpe fortísimo.
Hoy, de todos los hoyies,
me confiesas tu infidelidad,
tu incumplimiento a nuestro pacto.
¿Para que usaré, yo,
estas palabras, tan crueles,
que perfuman mi desgracia?
Quiero gritar y ahogarme a la vez,
correr y morirme, al mismo tiempo,
no sé ni como he de llorar...
No hay comentarios:
Publicar un comentario