Olvidala

Mientras la ciudad duerme,
los ruidos huyen,
entrando a la obscuridad;
yo camino en la noche
para terminar de llorar,
porque ella nunca cambiará
su forma de ser.

Ella siempre fue una espina,
aún desde el momento
en el que la conociste.

Su amor es una rosa,
una rosa que muere,
sin pétalos ni colores,
su piel es pálida y fría,
sólo quedan las espinas.

La avalancha de hielo
que se desprende de su corazón,
aún hechiza toda la posibilidad
de poder olvidarla,
sabes que está allí de algún modo.

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