Avellaneda

Otra cosa ha quedado en claro y es que...
yo no me siento feliz de sentirme desgraciado.

Me siento simplemente desgraciado.

Desde mañana y hasta el día de mi muerte, el tiempo estará a mis órdenes.
Después de tanta espera, esto es el ocio.
¿Qué haré con él?

Cómo la necesito.

Eso qué importa.
Lo que importa es su ausencia.
En algunas ocasiones, no puedo captar los matices que separa la incercia de la desesperación.

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