La casualidad se hizo presente.
Te vi por sólo un instante.
Reina de mis desvelos,
emperatriz de mi soledad,
inspiración de mis poemas.
La lengua se me atrapó
en la garganta,
mis ojos se me nublaron
de felicidad.
Ayer te vi,
por casualidad,
y tú, como siempre,
no me viste.
Ayer la casualidad se hizo presente,
habrá que esperar el resultado del destino.
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