Estela de Polvo de Estrellas

Estela interminable de polvo de estrellas.
Aquellas que se juraban con nostalgia;
y en la noche eran nudos a mis lágrimas.

Estela de polvo de estrellas,
tú las traducías para mi,
ahora el viento que condenaba
al perpetuo a soledades,
es quien se lleva todo el polvo,
las cenizas de nada,
las escamas de la sirena,
las lleva al cementerio a ser enterradas,
a ser residentes de tumba y féretro.

2 comentarios:

  1. "Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.

    ¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

    Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: «qué calor hace», «dame agua», «¿sabes manejar?», «se hizo de noche»... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho «ya es tarde», y tú sabías que decía «te quiero»).

    Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón."

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    1. Te regalo el tiempo,
      los meses, segundos y años,
      ya he sufrido mucho daño
      para tener tiempo adverso.

      Puedes tomarte una semana,
      puedes tomarte la eternidad
      puedes llenarte de vanidad
      y olvidar la naturaleza humana.

      ¿Dices, dices que me amas?
      En la contigüidad de vivir lo haces,
      pero anónimo eres, un fantasma
      ¿Porqué no hay nombre a tus frases?

      ¡Quédate el tiempo y quédate el amor,
      que por más que me regales los dos,
      me los dediques o me olvides,
      yo no se quién eres, malvado fantasma.

      Si no me dices quién eres
      ¿cómo voy a poder aceptar tu tiempo,
      deshechar tu amor o forjar un hogar?

      Sólo puedo suponer y ponderar,
      por tus palabras y las comillas,
      que no dices, sólo repites.

      Tan sólo repites la historia.

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