Perdí mucha sangre y muchos días,
entra la noche a robarse el sol en el cielo.
Perdí mi alma y envenené mis besos,
devoraste la luz y mi apetito de vivir.
El espejo es ya el reflejo de un viejo,
cansado de dejar la sangre en las rocas.
Seco la noche de mis ojos y trato de ver,
de ver si ya todo se ha dejado de desmoronar.
Con los ojos abiertos solo te puedo ver a ti,
y cuando te miro, tiemblo, te miro y tiemblo.
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