No vayas allí ella me lo dijo a mi,
me dice que hace frío y me da una hoja en blanco.
Le dan ganas de escribir en el papel
como para justificar y decir que todo es culpa mía.
Ella solo me quiere cuando llueve,
los demás días parece que soy un poco de nada.
Su voz es tan segura,
cree que tiene todo resuelto hasta la luna en su boda está lista.
La lluvia parece que no llega,
por eso los días pasan y ella no me quiere nada.
El reloj de la pared avanza,
ella cree que la felicidad es lo que pasa mientras yo espero.
Ella vive su vida sin mi,
y yo espero un monsón para que regrese y me bese a mi.
Ella grita para llamarme,
y es justo el momento en que yo quiero besarla pero mejor me aguanto.
Me duele dejarla ir,
pero es mejor no tenerla a tenerla cuando ella decide que me quiere.
Ahora ya llueve más seguido,
ella no me busca, ni yo a ella, pero la luna sigue estando lista.
Me gusta. Creo que tiene un ritmo que puedes pulir todavía más. La imagen del principio, con el papel, es poderosa. ¿Por qué no la retomas para cerrar?
ResponderEliminarTantos y tantos poetas han hablado de este capricho. Es un corazón que se escurre de las manos, en días de lluvia y querer.
Gracias por compartirlo.
Es un agradable poema melancólico. Es más bien un grito de ayuda de él a sí mismo, que un reclamo frontal a su, al parecer, amante dominadora.
ResponderEliminarPor otro lado creo que haces que el lector se envuelva, desconozca un poco de sí mismo y se vuelva a batir con miedo propios y antiguos.
Me gusta como proyectas un dolor, aunque debo declarar que la poesía de victima, en este instante de mi vida, no me llena.
Bien por tus versos y tus sentimientos arriba expuestos.
aww todos vivimos una historia asi....
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