Parece que el Diablo se vuelve a manifestar,
mismas palabras en boca de otro comer,
pero a fin de cuentas el mismo acto carnal
que ambas hubieron de cometer.
Las mismas palabras, la misma métrica,
el tono condescendiente y librado de culpa.
Es como una infección, un virus
que se expande de beso en vez.
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