El río

La noche se reserva para la oscuridad,
pero aún ante tanta negrura, hay luz.

Nado para nunca tener que despertar,
negro, oscuro, el río corre seguro.

Desde el inicio, un lago y de rodillas,
el río desgarra montes para liberarse.

En la madrugada cuando gires,
estaré muy lejos de tu mano.

Serás la última en saber a donde fui,
con el río yo me hube de escurrir.

Casi un susurro, casi un reflejo,
las corrientes cambiarán, hacia el fin.

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