pero aún ante tanta negrura, hay luz.
Nado para nunca tener que despertar,
negro, oscuro, el río corre seguro.
Desde el inicio, un lago y de rodillas,
el río desgarra montes para liberarse.
En la madrugada cuando gires,
estaré muy lejos de tu mano.
Serás la última en saber a donde fui,
con el río yo me hube de escurrir.
Casi un susurro, casi un reflejo,
las corrientes cambiarán, hacia el fin.
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