donde me siento a escribir
todo lo que te extraño y cuanto lo hago.
Cada día o por las noches quizás,
escribo a tinta obstinada y emocionada,
lo que siento y lo que pierdo.
Aplaudo mi valentía, mi monotonía
de no gritar lo que siento, restrinjo
a su vez las ganas de decir lo escrito.
Perdí y ahora no encuentro la sorpresa
de hacer una irresponsabilidad y dejar
todo detrás en busca de mejor felicidad.
Hoy busco un poco, solo un poco
de una musa que me inspire
que dicta a mi pluma palabras y pasión.
No me pidas decirte lo que no entiendo,
aunque lo diga, el viento es fuerte
y las palabras sordas cuando esta presente.
Ni se escuchan ni se hablan,
es como decir un adiós,
pero un verdadero adiós
Y en ese sillón te visitarán las musas rebeldes y tercas. Y hablarán más fuerte que las palabras sordas.
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