Has de temer a la serpiente.
Has de temer a la serpiente
que recorre tu cama.
Has de temer a la serpiente que recorre tu cama
mientras tu haces como que duermes.
No puedes dormir porque no alma está sucia,
no puedes dormir porque tu conciencia está turbia.
Has de temer a la serpiente que se enreda en tu piel
como si lo hiciera en una vaina y te muerde la yugular
para amargar tu sangre con su salado veneno
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