Poema del Alma

Ya llené con soledad mi propia litera,
sólo me queda ya la sombra,
de antes poderoso y decidido hombre.

Mi cama, ahora pocilga hecha,
no abraza, solo retiñe las lágrimas,
mi alma es un tropezón de estrella.

Mi corazón ha sido oprimido
por el dolor de sus amores,
mis penas semillas de desgarros.

Es herida que duele, mi alma,
es la soledad entre tanto ruido,
envenenada en un abismo.

Mira los muros que me alzaban,
ahora se han desmoronado,
mira mi alma, se ha destronado.

Vi mi espalda más curva y menos fuerte,
vi mis manos más cansadas y más sangradas,
vi mi alma, mucho más envenenada.

Caminando morir espero,
durmiente si fuere necesitado,
no importa como, morir espero.

Llévenme los días,
violenme en mi carne,
aliméntense en mi alma
hagan de mi un trapo,
hagan de mi lo que sea,
mi alma no siente pena,
mi alma ya no es verso.

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