Abrir el vino
y pues dormir,
así juego yo.
No dormir, ir a la ventana
y sentir el viento,
tomar una ducha, comer algo,
y abrir más vino.
Darnos besos en nuestro escape
platicar con alguien,
ganas de todo y de nada,
del limbo,
de perder la noción del tiempo
de piedras y ruidos
de pajaros y helados
de reirme
de ya no ver y solo sentir.
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