Sorpresa

Ayer que tomaba mis copas,
con mis amigos,
y entre chicas con poca ropa,
me di cuenta donde estaba parado,
no era la playa ni la arena,
era un casa de mujer plebeya
que vende su cuerpo
como si fuera salmuera.

Asi barato y nocivo,
su cuerpo no es pan ni vino.

Al principio, si claro,
era muy divertido,
pero ya en un segundo acto
me fue sorpresivo
aquel contacto tan agresivo.

Ayuda gritaba, socorro,
líbrenme de esta matrona,
libérenme de esta sucia ampona.
Mis compinches se reian,
se burlaban y cantaban:
"eso es tu problema",
si al diablo quieres besar,
un precio debes pagar-

Inspirado en un cierto Bartender.

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