¡Aquí se enseña como nos roban!

Es como si tu, como si tu
dijeras que un adiós es un ¿por qué?

Si te di esta parte que creí no encontrar más,
fue porque lo mereciste,
ahora caminas con ello en una bolsa rota.

El universo te rodea,
cuando estas listo, espera...

Al dejar mi suelo mortal,
y llamar mi nombre,
los espíritus me decían:
¡Aquí verás como te roban!
Y yo diciéndote adiós.

Yo no se si los hechizos no funcionan,
o el cambio no fue significativo,
pero la adicción, es feroz y mortal,
no se produjo cambio alguno.
Miro la soleana y trataré de llegar a ella,
o de donde la más astuta gravedad no logra jamás escapar;
yo estaré despidiendome: ¡adiós!

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