dos caras se arrastran por mi piel
y solo ver tu resto me enferma
y me deja ver que jodidamente dadibosa eres.
Se muy bien que un angel susurra en mi oido
y tu maldita los pareces alejar
y te reto a volverlo a hacer especialmente
cuando me asfixias con tus conjuros.
Ven, baja angel, no te espantes
el pequeño diablo de confunción
no reta más a mi imaginación
no contempla más mi rostro
no se asemeja tu salvación.
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