La fuga del Amor y la permanencia del mismo

Ya no puedo estar en tu ser; y quiero;

ya no formo parte de tu horizonte, no tengo fuero.

Mientras por competir por tu cabello

en oro teñido que al sol relumbra en vano,

mientras con menosprecio es mi trato,

mira tu blanca frente al lirio bello;

mientras a cada labio besas olvidando el mío,

siguen mis ojos esperando por aquel beso de nardo;

y mientras triunfas con desdén lozano:

alguien gozará de tu cuello, tu cabello, tus labios bellos

y tu blanca y siempre pensada frente.

Ahora ya pasada nuestra edad dorada:

de ayer, de lirio, de un finado futuro;

este corazón doliente se vuelve mas parecido a lo que trae la muerte:

en tierra, en polvo de sombras, en cenizas de nada.