Burlesca
Una fiesta burlesca con mis amigos. Uno de ellos llevó a una mujer que pues era, diferente. Por diferente me refiero a que cuando la gente usa bañador para nadar, ella usa ropa interior y cuando la gente usa ropa interior ella usa nada. Su traje de Eva, pues.
También era muy afectuosa, tanto como un niño pequeño lo es con sus juguetes de navidad o un cachorro. Todo el tiempo los quiere frotar acariciar y no se los presta a nadie, y sí son de alguien más los quiere para si.
Bueno, Delilah le diré.
Todos eramos muy felices en esta fiesta, había alcohol, sol, una pileta, todo lo necesario para que hombres y mujeres jóvenes puedan divertirse, música y buena comida, era una parrillada.
Yo en aquel momento tenía novia.
Bueno, cae la noche y lo vapores del alcohol comienzan a subir, Delilah comienza a bailar, o como dicen en muchos lugares a "perrear"; por las características anegables y absolutas que ella hacía pasar a su cuerpo, poca gente quería pasar a bailar con ella. La noche continuó y el alcohol fluyó.
Todos comenzamos a saltar a la alberca, haciendo trucos mientras, nos aventábamos los unos a los otros. Y ella formó parte de eso.
Cuando terminamos de nadar, porque el frío estaba arreciando, salimos y nos secamos lo mejor que pudimos y nos tapamos un poco de la temperatura. Ella no. Ella dijo que su ropa estaba mojada y que sólo usaría su ropa interior. G string.
Poco es decir lo mucho que estaban molestas las chicas allí presentes ante la desfachatez que esta Delilah estaba mostrando. No eran celos, eran ganas mórbidas de vomitar.
No entraré mucho en detalles de todos los demás eventos que hicieron a Delilah ser non-grata en la fiesta y me referiré a lo que atañe.
Entramos bajo techo y yo le presté ropa a Delilah para que dejara de mostrar pechos y nalgas, sobre todo porque mi, en aquel pasado, novia, no estuviera molesta por ello. Pero en lugar de alegrarse de que Delilah ya no estaba semidesnuda, se enoja, con mayúsculas, comic sans, y tinta roja, de que por qué estaba yo prestándole ropa a esta mujer.
¡Qué carajos!
¡¿Qué carajos?!
Se enojó harto conmigo, tristeza y lágrimas, berrinche y gritos.
Y, jajaja, se enojó aún más cuando le dije: "Si te molesta que esté usando ropa para que no se esté paseando desnuda por todos lados, dime y se la quito, para que mejor este desnuda y no en una playera vieja mía que la cubre."
Peor tantito
Pase lo que pase estás derrotado ante las mujeres. Este es un ejemplo banal, superficial y corrupto de que, pase lo que pase, no hay forma de darles gusto.
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